El Tiempo
En algún momento de 1999:
Mi calendario se cayó al suelo, convertido en lo que yo siempre evite ser: Un suspiro. El tiempo había roto mis anillos, y se había llevado consigo el amanecer que un día fue solo nuestro. Tan solo el brillo de una lapida me acompañaba en mi viaje por el océano.
Me agarre de su brazo y me fui cabizbaja con el luto en las venas.
4 de mayo de 1992:
Desgraciadamente las nubes habían convertido el cielo en un telón opaco. Tan solo quedaba lo que no podíamos ver, el aura mística que nos envolvía sin nosotros apreciarlo.
Nuestros ojos siempre tan bien vendados…
18 de septiembre de 1984:
La luna seguía siendo nuestra, daba igual que ocurriese al otro lado del mundo. Al menos no nos importaba. Seguíamos derritiendo nuestros cubos de hielo en el fuego del deseo, deseando perpetuar en los siglos aquella incandescencia que nos unía en el momento.
La vida se nos antojaba una cuenta atrás.
26 de marzo de 1978:
La fuerza del viento me arrastro por las hojas de la tormenta. Sin saber a donde mirar, me encontré en un altar, drogada de desengaño y herida de muerte.
Era el principio del fin, y él seguía sin saberlo.
Esperas ante las puertas del infierno nos aguardaban, momentos de incertidumbre sin sentido para nada más.
31 de enero de 1966:
Diario de a bordo. Comienza una nueva etapa, un solitario viaje ha terminado. Me aferre a sus brazos y llore sin saber porque. Se que encontré el eslabón perdido de mi corazón, pero algo me dice que nunca seré capaz de caminar por la verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario