jueves, 31 de enero de 2008

Relatarium. Cap.13

Epitafio


Un vaso de whiskey con los restos del hielo agoniza en la mesa, dejando que el poco calor del ambiente derrita lo que queda de el.

La vida se consume como un cigarro mal liado, desprendiendo nicotina, alquitrán. Te encargas personalmente de cavar tu propio pozo. Un pozo donde te quepan las piernas y se pueda fumar.

Quizás la droga del cerebro me esta desterrando. Otra adicción más, no importa. Al fin y al cabo, las ventanas están cerradas. La cerradura rota. Los huesos calcinados.

Que bonito epitafio. Muerto entre latidos.

Cuando no queda aire en el humo, ni sangre en el alcohol. Cuando la vida se ríe de ti y te escupe sangre en los labios. Quizás ese sea el momento de retirarse, libre de pecados, lleno de decepciones.

Frustrado por lo que pudo ser, y ya nunca será. Dormido entre espinas, sin dolor.

Tal vez sea el camino equivocado, el incorrecto, el fallo permitido. Como sin querer me miro la manga de la chaqueta, y confirmo que no tengo ases guardados.


No me queda alternativa…

…Coge la pluma…

…Cógela…

…Hazlo…


Hago un trazo confuso, sin línea, rasgando la madera, hiriendo mis dedos, dejando que se forme una piscina de sangre en el suelo.


Querido diario:

Hay veces que estoy cansado, otras simplemente no quiero vivir. Tengo líneas en la piel, estrías en los ojos, manchas en las mejillas.

Unas sombras moradas en los parpados, las pupilas mutiladas, un par de anillos rotos y el corazón destrozado.

Se que no hay cura para mi.


No. Rompo esa hoja, no quiero leer más. Apago la luz.

Soy consciente de que el final aun no esta escrito. Pero todos los relatos tienen una manera de terminar.

No se me ocurre el desenlace.

miércoles, 23 de enero de 2008

Relatarium. Cap.12

Espejo


Mírate en ese espejo. No dejes que se rompa. No grites, nadie te escucha.

Tu mirada es de hielo, un oasis en medio de la nada, ves como esa profundidad no te lleva a ningún sitio. De nuevo, solo al comienzo. Otra vez mas.

Tus pupilas son dos puntos negros, una figura en un fondo del mismo color. Monocromo. No más dolor, no mas seguir vivo para no vivir.

Deja de caminar, no vas a ningún sitio. Deja de llorar, te puedes ahogar. No importa lo que hagas, lo que no hagas. No vas a salir de esa espiral de cuchillas. De este infierno con nombre de planeta.

Ves la luz. No ves la luz. Callas, pero hablas. En una ausencia, respiras, mientras el color del aire se hace sitio en tus violentos pulmones, cansados de ser el hogar de tanto humo.

No dejas de preguntarte cosas cuya respuesta poco importa. Nadie te da esperanzas, no las hay. No escuchas a nadie, porque nadie habla. Estas a cada paso que das más cerca del vacío, donde no hay astros ni pálpitos. Donde no reinan los ojos, donde no hay donde sentarse.

Pero, pero no hay pero.

Sufres, nadie dijo que fuera a ser fácil. Aprietas el botón, conoces la respuesta, aun así lo aprietas. Una bofetada de ficción de despierta a la vez que la realidad te desea lo mejor.

Sigues llorando, a nadie le importan tus lágrimas, porque no existen en el mundo que te rodea. Sigues con el dedo los vectores de tu hielo, las líneas de esos puntos negros. Van a donde nadie los puede rescatar, a un lugar donde no llega tu pulso.

Sientes la rabia, por vez primera algo que te hace respirar dos veces donde hubiera bastado con una. Sientes como te empieza a quemar algo a lo largo de tus venas. Notas el sabor de la ira en la boca, el amargo olor de la vida.

Rompes, el espejo, el hielo y el negro. Rompes los lugares, la luz, la voz y los astros. Haces pedazos las lagrimas, la ficción, el pulso y, con el, tu corazón.

No habrá más ausencias, no mas preguntas.

lunes, 14 de enero de 2008

Relatarium. Cap.11

Vacío


Genial, se acabaron las razones para respirar… Estoy congelado, no puedo gritar, no puedo sentir.

Llega una sonrisa a la altura de mi tristeza, y el dolor no es más que una estrella fugaz ante ella.

Estoy solo, no tengo más estertores que regalar, ni más distancia que alimentar. No tengo cartas, ni movimiento. Tampoco vida, tampoco muerte.

Salgo a la calle, tan oscura. Hay aceras oxidadas, gente vacía, momentos pasados. Hogueras mentales, cálculos aritméticos, un olor gélido, sangre por las paredes.

No encuentro mi sombra, tampoco nadie que me hable. No hay pájaros en los árboles, no hay árboles. Camino a través de una cascada de deshechos sin color para mis daltónicos ojos. Observo como mis pies toman un rumbo que nadie les dijo que tomaran, hacia un lugar que nadie conoce. Veo como mis manos acarician el contorno del humo, goteando sangre de entre toda mi pasión muerta.

Llego a un bosque húmedo, la lluvia dejo vestigios de horizontes. Voy hundiendo mis pies ahora descalzos en el barro, voy dejando que la vida, la muerte, escape de este camino de clavos.

Vaya… No tengo monedas en los bolsillos… No tengo caricias que regalar. A quien le importa, quizás no haya razones para no otorgar tinieblas.

El color negro ahuyenta miradas sin ojos, mis pupilas se dilatan, encuentro un sable de viento flotando entre la humedad de la atmósfera.

Me pregunto por un momento si un sable que no es sable podría quitar la vida que no es vida.

Me pregunto por un momento si un viento que no es viento podría quitar la muerte que no es muerte.

Me lo pregunto otra vez.

Recuerdo que ya no hay respuestas. Tampoco hay cerebro, no hay mente. No hay alma, ni emociones.

Deseo recordar quien era, pero algo me lo impide. Cojo el sable y lo hundo en mi pecho a la vez que se desvanece entre mis dedos. Me amputo otro trozo de corazón para dárselo de comer a las hienas de la noche. A la madera de los árboles. A la vida. A la muerte.

Acabo por olvidar quien soy. No se donde estoy, me pregunto mientras me muevo con extrema lentitud que representa ese trozo de corazón que hay en el suelo, debajo del barro.

Me pregunto porque lo puedo ver.

Decido, sin saber que es decidir, morir. Veo como no ocurre nada, y respiro algo que huele dulce. Despego los pies del suelo, como siempre hice, y me preparo para no volverlo a hacer.

Creo que ya no hace falta que lo intente… Creo que ya no se… nada…